A lo largo de la historia, el Palacio Real de Madrid ha visto cómo monarcas borbones y austrias ocupaban el trono. Sin embargo, el país se encuentra ojiplático ante la situación de Juan Carlos I, rey emérito que en 2014 abdicó en favor de Felipe VI, actual monarca, y su exilio forzado a Abu Dhabi.
Juan Carlos, alabado por su papel durante la transición democrática que dejó atrás el régimen dictatorial del General Franco, está siendo investigado por corrupción tanto en España como en Suiza, probablemente el último acontecimiento de una larga lista de desencuentros cuyo primer capítulo se produjo en 2012, cuando trascendió su participación en una lujosa cacería en Botswana, mientras que el país aún luchaba para salir de la crisis económica de 2007.
Sin embargo, quizás el acto más sonado ha sido la presunta donación de 65 millones de euros a Corinna Larsen, también investigada por el sistema judicial español. La relación extramatrimonial que, presuntamente, mantenía la empresaria alemana y el rey emérito ha sido portada de las revistas de corazón de medio mundo, al mismo tiempo que la popularidad de uno de los héroes de la transición se iba desplomando irremediablemente.