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Naqsh-e Rostam

Naqsh-e RostamNaqsh-e Rostam

Naqsh-e Rostam

Comienza el mes de septiembre y con el desde Parla Hoy os traemos una nueva serie escrita por nuestro egiptólogo Rafael Alfonso García.

En esta nueva serie descubriremos mucho más sobre arqueología antigua, escrituras, nuevos templos, pirámides y ruinas famosas de la época por lo que no os hacemos esperar más y os dejamos con el nuevo capítulo esta vez de Naqsh-e Rostam.

Naqsh-e Rostam es un sitio arqueológico situado a unos 3 km al noroeste de Persépolis,
en la provincia de Fars en Irán.
Uno de los bajorrelieves de Naqsh-e Rostam representa el triunfo de Sapor I sobre el
emperador romano Valeriano y sobre Filipo el Árabe.
El primero representa a Narsés (296 – 304), hijo mayor de Sapor I, siendo nombrado rey
por la diosa Anāhītā (Nahid en persa moderno). El segundo bajorrelieve está situado
bajo la parte inferior de la tumba de Darío I y se compone de dos escenas. La superior
representa a Bahram II (277 – 293) combatiendo al enemigo.
Se podría decir que Naqsh-e Rostam es un apéndice de las fabulosas ruinas de
Persépolis de las que tan sólo le separan unos pocos kilómetros. En el instante en que
una gruesa montaña de piedra teñida de desierto empieza a ver crecer su cresta desde el
suelo aparece esta especie de milagro arqueológico. Surgen de la nada cuatro tumbas
inmensas perfectamente esculpidas en la roca como hipogeos en forma de cruz. Este
lugar que fuera última morada de grandes reyes Aqueménidas posee algo que hace que
se le parezca mucho a la nabatea Petra, aunque realmente poco o nada tengan que ver.
Quizás sus tumbas podrían pasar a lo lejos por las de Jordania, pero a reducida escala,
ya que tan sólo son dos pares, los bajorrelieves que los acompañan son
inconfundiblemente persas.

Conclusiones

En los datos aportados se dice que: Naqsh-e Rostam es un sitio arqueológico situado a
unos 3 km al noroeste de Persépolis, en la provincia de Fars en Irán.
Uno de los bajorrelieves de Naqsh-e Rostam representa el triunfo de Sapor I sobre el
emperador romano Valeriano y sobre Filipo el Árabe.
El primero representa a Narsés (296 – 304), hijo mayor de Sapor I, siendo nombrado rey
por la diosa Anāhītā (Nahid en persa moderno). El segundo bajorrelieve está situado
bajo la parte inferior de la tumba de Darío I y se compone de dos escenas. La superior
representa a Bahram II (277 – 293) combatiendo al enemigo.
Pero veamos: Como ya sabemos la ciencia oficialista adjudica todos estos lugares a un
personaje histórico relevante de cada país, ya sean reales o inventados. Pero eso no tiene
nada que ver con la realidad, tal como veremos todo este tipo de construcciones
enigmáticas tienen todas la misma cronología, 12.500 años. Lo que deja claro que la
cronología oficialista, es inventada para incorporar todos esos monumentos o
construcciones anacronicas a su historia.
En las imágenes podemos ver una vez más que estas cuatro mal llamadas tumbas están
en una pared rocosa que tiene una forma y una textura reblandecida; es decir: Que se
estaban construyendo esas supuestas tumbas con esa tecnología de ablandamiento de rocas y generación de formas, cuando se aborto la construcción y se quedo así. Estamos
viendo una vez más ese instante trágico para toda la humanidad que tuvo lugar hace
12.500 años.

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