Estaba caminando por el parque cuando vi a un grupo de niños jugando a la pelota. Me detuve un momento para verlos correr y reírse.
Decidí sentarme en un banco y disfrutar del paisaje. El sol brillaba en el cielo azul y las flores estaban en plena floración. Era un día perfecto para relajarse al aire libre.
Mientras observaba a la gente pasar, me di cuenta de lo afortunado que era de tener ese momento de tranquilidad en medio del ajetreo diario. Me sentí agradecido por la oportunidad de disfrutar de la naturaleza.
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