El sexto capítulo de Capadocia como no podía ser de otra manera llega de la mano de nuestro egiptólogo Rafael Alfonso García que nos trae nuevo contenido de esta espectacular región turca
Otro lugar, o mejor dicho otro sitio del mismo lugar al que los habitantes le han puesto
nombre. Y desde luego estos habitantes son los descendientes de los primeros
antepasados, de ese asentamiento de los Dioses. Los cuales tenían sus mismos rasgos
raciales además de otras características propias, como puedan ser La iconografía de su
religión, o el idioma y la escritura, aunque esto último no está muy claro. Así como los
animales propios de cada asentamiento y las plantas y el arbolado. Es de suponer que
estas diferencias entre “asentamientos” se han mantenido a lo largo de los milenios y
una prueba de esto son las distintas religiones y los distintos lenguajes.
Podemos imaginar en las imágenes, viendo estos conos que iban emergiendo de la
tierra, al tiempo que tomaban forma y volumen, por el exterior y por el interior al
mismo tiempo. Pero hay más lugares en el mundo que sugieren esto.
Todas estas construcciones que están a medio construir tendemos a pensar que se
hicieron con martillos y cinceles. Algo que no era posible puesto que nuestros padres
creadores nos abandonaron cuando aun no teníamos ningún tipo de herramientas.
El arqueólogo, Omer Demir, cree que las partes más antiguas de la ‘ciudad subterránea’
datan de finales del Paleolítico, tal vez 8.500 A.C., ya que las partes más antiguas
fueron cavadas con instrumentos de piedra, no de metal. Por otra parte, ha sido
construida por dos tipos de seres humanos, y los que tallaron la parte más antigua eran
mucho más altos que los otros.
¡Vaya! Debo decir que esta última apreciación del arqueólogo Omer demir me
sorprende y queda a un paso de darse cuenta que realmente había personas que tenían el
doble de tamaño que nosotros.
Aunque afirmar que esa enormidad se pudo haber construido con herramientas de piedra
es muy arriesgado.
Y a las extrañas formaciones en las que están le damos una explicación geológica. Pero
tenemos la idea de que solo puede haberla hecho la naturaleza y no “vemos” lo que nos
está diciendo la vista; las formas reblandecidas. Si esto está aceptado y vemos que estas
construcciones anacrónicas solo están donde las rocas tienen esa apariencia
reblandecida, nos daremos cuenta de inmediato que las formas reblandecidas y las
construcciones están relacionadas. Y que las rocas se ablandaron para hacer las
construcciones…
Por eso digo que solo hay que dejarse llevar por la vista, si lo hacemos así veremos el
ablandamiento de rocas. Tal como podemos observar en todas las imágenes.
Tal como se ha visto en los datos aportados. Una de las ciudades bajo tierra más
conocidas para los turistas aunque no es desde luego la más grande, es la ciudad
subterránea de Derinkuyu: por lo que sabemos posee ocho niveles subterráneos que
alcanzan una profundidad de 85 metros bajo tierra, y tenía capacidad para acoger a unas
20.000 personas con todo tipo de instalaciones.